![Nanon Morsink, Los Paradise, 2024](https://artlogic-res.cloudinary.com/w_1600,h_1600,c_limit,f_auto,fl_lossy,q_auto/ws-isolinaarbulu/usr/images/artworks/main_image/items/87/87cf2aeb772c40c3802f9ace280f4e87/lost-paradise.jpg)
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Nanon Morsink Dutch, 1964
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Esta instalación se inspira en la historia bíblica de Adán y Eva, en el momento en que Eva toma la manzana y todo cambia: el paraíso se pierde y la oscuridad entra en el mundo. Vivo rodeada de olivos y almendros, y me he dado cuenta de cómo estos árboles, especialmente los almendros, desarrollan formas bellamente irregulares, incluso cuando muchos de ellos se marchitan y mueren por la sequía. Esta transformación me sirvió como la base perfecta para mi obra.
Al igual que Eva estira la mano hacia el fruto prohibido, este árbol está adornado con innumerables brazos, todos extendiéndose en busca de algo invisible. Al principio, estos brazos extendidos pueden parecer sombríos y desolados, evocando una sensación de pérdida. Sin embargo, para mí, también evocan la imagen de frutos maduros colgando de las ramas, listos para caer a la tierra. Es un símbolo poderoso: la idea de que, de un árbol muerto con sus ramas estériles, surge la visión de la renovación, con cada brazo luchando por un nuevo comienzo.
Una de las manos se extiende hacia una manzana, símbolo de esperanza, nuevas posibilidades y la promesa de un paraíso renovado. A través de esta instalación, exploro la tensión entre la pérdida y el renacimiento, donde incluso en la desolación, yace la semilla de un nuevo crecimiento.
Nanon Morsink